Este es un espacio dedicado al culto, diálogo y discusión sobre la civilización mas fascinante que jamás haya existido como lo fue la cultivada por los antiguos griegos
6 de agosto de 2010
La falange Espartana
He decidido comenzar la publicación con este documento ya que lo considero fascinante y de gran importancia para los que lo quieran investigar y darle un vistazo. No me considero un gran investigador aún, pero me di la tarea de buscar y sintetizar estos datos para mejorar nuestra visión sobre este grandioso tema.
Al igual que otros estados griegos, el ejército espartano estaba basado en la infantería, y luchaban mediante el empleo de la formación de falange. Si bien los espartanos no introdujeron a esta estrategia grandes innovaciones tácticas, su fortaleza y connotada superioridad por sobre las demas falanges de las otras polis de Grecia podemos encontrarla en el duro entrenamiento que desde la niñez era instaurado a sus hombres, aquellos que después de nacer eran inspeccionados para comprobar su sanidad para sino ser arrojados desde el monte Taigeto; a los 7 años comenzaba para ellos el Agoge, eran separados de sus madres e iniciados en el entrenamiento militar, sometidos a duras experiencias, donde se les enseñaba a no temer no huir del dolor, a abrazarlo, a burlarse de la muerte y a no mostrar debilidad ante el oponente.
El ejercito espartano solo podía ser compuesto por los espartiatas, ciudadanos naturales de la polis, aunque con el tiempo, quizas por falta de soldados, empezó a permitirse la introducción de los periecos al ejercito, aquellos hombres libres miembros de otras aldeas o ciudades lacedemonias, a los que se concedió en parte la ciudadanía, pero sin plenos derechos.
Los hoplitas que componían la falange espartana iban armados con el Dory o Doru, una lanza de dos metros y medio de largo rematada por una fina punta de metal afilada en un extremo y un contrapeso en el otro, también provisto de punta para rematar al enemigo caído en el suelo. Esta era el arma principal de la cual se valían los hoplitas, mas no la única, ya que también estaban provistos del Xifos, una espada con una hoja de unos 50 o 60 cm de largo, aunque se dice que los espartanos llegaron a usar hojas tan cortas como de 30 cm alrededor de la era de las guerras Medicas. La protección de los hoplitas corría por parte del Hoplón, un escudo circular de entre 90 y 110 cm de diámetro, estaba formado por un gran cuenco y un borde muy reforzado casi plano. Se componía de láminas de madera encoladas entre sí, el interior se forraba de cuero fino, llevaba una abrazadera de bronce en el centro, que iba remachada, y una correa de cuero en el borde.Llegaba a pesar entre 6 y 8 kg. El exterior del escudo podía ir cubierto de una lámina de bronce, o pintado y decorado. En el caso de los espartanos llevaba la letra griega Lambda que representaba a Lacedemonia, la región de su amada Esparta. Este Hoplón es el arma característica de los hoplitas y aquella que les da el nombre, era vital en este tipo de formación.
El ciudadano espartano, desde los veinte años hasta los sesenta, se encontraba en situación de servicio militar permanente, y prácticamente era ésta la única misión que se les exigía como ciudadano. Su austeridad y frugalidad, así como su eficiencia guerrera siempre fue objeto de asombro para sus contemporáneos. En campaña, por ejemplo, acostumbraban a mantenerse separados de los demás aliados griegos; podían descansar sin ninguna dificultad al raso, apenas abrigados por su capa, y acostumbraban a alimentarse de un caldo infame, el Melas zoomos. Eran los espartiatas, y todos estaban unidos por el mismo ideal; se reconocían como homoioi (los iguales), y debían de servir como hoplitas al Estado Lacedemonio. Mientras que los hoplitas periecos y los de los demás estados griegos, excepto las reducidas guardias profesionales, tenían en su vida diaria todo tipo de profesiones: comerciantes, artesanos, terratenientes, campesinos…, los espartiatas no trabajaban más que para la guerra, eran única y exclusivamente soldados, de ahí su reconocido prestigio. Marchaban al combate acompañados normalmente de dos esclavos hilotas cada uno, quienes les transportaban el equipo militar y las provisiones durante las marchas, ya que por aquel entonces no existían aún servicios militares de intendencia, y cada cual debía cargar con sus armas y utensilios, y buscarse el sustento mediante el forrajeo o el saqueo.
A los espartanos les gustaba mucho mostrar su desprecio sobre cualquier enemigo, ya que se sentían muy superiores a todos ellos en el aspecto bélico, y en ese sentido, cuando en una batalla la falange espartana aguardaba antes de atacar, en ocasiones los hoplitas descansaban sentados sobre el suelo, tratando de hacer sentir al ejército contrario que no les infundían ningún respeto ni temor. Pero cuando entraban en combate, los espartanos avanzaban en completo silencio y orden, con una total determinación, sin lanzar los habituales gritos de toda soldadesca asustada para darse ánimos, sólo acompasados por el sonido de las flautas si es que las llevaban. Con una disciplina de hierro, los hoplitas espartanos, refugiados tras la muralla de escudos de la falange, aguantaban firmes la lluvia de flechas o las embestidas enemigas, avanzando constantemente y sin perder la formación. Cuando alcanzaban al enemigo trataban de envolver su flanco izquierdo, y una vez logrado, los arrollaban desde varios frentes. Por ello en su primera línea formaban siempre los mejores guerreros, principalmente en el ala derecha, por donde tratarían de penetrar en las filas enemigas. Pero al lado de la falange espartana combatían otros soldados, los psilos o infantes ligeros, cubriendo sus flancos y su retaguardia. Eran tropas mucho más móviles y rápidas que las unidades hoplíticas, y armados con arcos, hondas o jabalinas, desestabilizaban a distancia a las formaciones enemigas antes de que las falanges entraran en acción atacando de frente. Desconocemos el origen de los primeros psilos espartanos, pero probablemente fueran mercenarios o aliados periecos, o incluso los esclavos hilotas de Mesenia, reclutados forzosamente y que, además de cómo porteadores, servirían como infantería ligera de los espartanos, que preferían mantenerlos cerca para evitar rebeliones cuando se alejaban de Lacedemonia, temor siempre presente de los espartanos. Ello levó a que, como medida disuasoria, mantuvieran siempre en su tierra a la mitad del ejército, lo que hacía que en sus campañas exteriores no contaran con demasiados hoplitas nativos, debiendo reforzarse con las unidades militares de ciudades aliadas. La falange espartana se componía de una serie de filas de infantes pesados armados a la manera hoplítica. La colocación de los infantes en la falange no era al azar, y parece demostrado que, como hemos mencionado, la primera fila se formaba con los soldados de más experiencia y habilidad para el combate, siendo en la última colocados los siguientes soldados en habilidad y experiencia. Las filas intermedias se constituían con mezclas de soldados menos experimentados o peor equipados. Esta composición hacía de la falange una fuerza de choque muy resistente, tanto en el inicio como al final de la lucha, evitando su desmoronamiento y desorganización en el combate. Desgraciadamente, se conoce poco sobre la estructura interna de la falange espartana, pero al parecer, no debía de ser muy compleja, ya que creemos que se organizaban por destreza y por edades en cuatro subdivisiones: - Una Enomotia se componía de 40 hoplitas. - De la unión de 4 enomotias se formaba una Pentecostis de 160 hoplitas.- De la unión de 4 pentecostis se formaba una Lochos de 640 hoplitas. - De la unión de 2 lochas se formaba una Mora de 1.280 hoplitas. - Y de la unión de 2, 4 o 5 moras se formaba la Falange espartana (desde los 2.560 hasta los 6.400 hoplitas, más o menos, sin contar a los aliados)
Las cinco moras o regimientos que formaban la falange espartana estaban mandados por los polemarcos, mientras que los lochos o batallones los comandaba el “lochagos”, los “penteconteras” o jefes de compañía dirigían la pentecostis y los “enomotarcas” de menor rango, estaban a cargo de una sección o “enomotia”. El mando supremo de éste ejército lo ostentaban los dos reyes de Esparta, quienes en ocasiones dirigían personalmente al ejército en las batallas y expediciones (normalmente sólo uno de ellos, mientras el otro se ocupaba del gobierno de la ciudad), y en su defecto, se adjudicaba el mando a un general experimentado elegido por la Apella (Asamblea ciudadana de guerreros homoioi), como en el caso del famoso Brásidas durante la Guerra del Peloponeso. La salvaguardia de Esparta, una ciudad que no poseía murallas, sustentada únicamente en la fuerza de sus hombres, llevó a que la falange lacedemonia se convirtiera en la más temida y potente máquina de guerra de su tiempo.
Ahora a pesar de lo que muchos pensábamos, esta formación a simple vista perfecta no es invencible, y tiene sus fallas, por lo cual podía ser derrotada, un ejemplo claro para la explicación de este tema lo vemos en la derrota de Esparta contra la falange Tebana de Epaminondas en la batalla de Leuctra.
Epaminondas planteó una estrategia que consistía en disponer el grueso de la falange, en un ángulo oblicuo, o sea, de derecha a izquierda del campo, y concentrar en la izquierda una escuadra de hoplitas, específicamente, las de elite, como las tenían ubicadas también los espartanos, de mucha más profundidad que rompía la línea de la falange espartana, la cual era mucho menos profunda. Debido a esta formación en ángulo, la falange tebana desbordó a los espartanos por ese punto y lo envolvió.
Tampoco hay que olvidar a la caballería y la infantería ligera que cobraban gran importancia al momento de defender los flancos del cuadro que producía la ruptura, lo que evitaba no ser envuelto por el enemigo antes del contacto, además de contribuir a envolver posteriormente al enemigo. He aqui un esquema que encontre para que se hagan una mejor idea sobre lo que fue la batalla.
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