A lo largo de la historia y las hazañas que en ella se relatan son pocas las veces donde la labor femenina cobra un protagonismo principal o importante. Es en esta ocasión entonces donde he considerado notable destacar la labor de una profesional y amante del mundo antiguo como lo fue Jacqueline de Romilly a lo largo de su vida, tanto como para establecer una especie de empatía para con la labor que una mujer puede desarrollar comparada con la de un hombre, como para rescatar y actualizar los grandes logros de esta mujer en un área de trabajo que en nuestros días ya no se valora ni se mira con el lente correcto como lo es el mundo de la antigua Grecia. A continuación un pequeño esbozo de su biografía y sus más grandes obras:
Nació en Chartres el 26 de marzo de 1913. Profesora de griego clásico en las universidades de Lille (1949-1957) y París-Sorbona (1957-1973) y en el Collège de France (1973-1984, y honoraria desde esta fecha), en 1971 ingresó en la Académie des Inscriptions et Belles-Lettres y en 1989 en la Academia Francesa. Traductora de Tucídides al francés, ha publicado estudios sobre Esquilo, Eurípides y Homero, entre otros; pero quizá de modo especial se ha interesado por la relación entre la Grecia antigua y los grandes problemas de la política, en libros tales como Tucídides y el imperialismo ateniense (1947), Problemas de la democracia griega (1975), o Grecia y el descubrimiento de la libertad (1989).
Ha obtenido extraordinaria resonancia su Alcibíades (1995; Seix Barral, 1996). Su obra más reciente, Héctor (1997), se centra en la figura del héroe homérico.
Entre los muchos premios que podemos destacarle, en 1995 obtiene la nacionalidad griega por excelencia, y asi también el gobierno francés le concedió la Gran Cruz de la Legión de Honor por su gran trabajo y dedicación al mundo clásico griego desde la actualidad.
Como hemos visto ya entre sus más grandes obras, se destacan los varios libros que escribió sobre el historiador griego Tucídides y asimismo también su obra vertebral , Alcibíades de 1995. En esta, obra lejos de ser una reseña o una mezcla entre biografía y datos, es un completo trabajo anañítico, una verdadera mina de oro para lo que es el mundo político de la actualidad. Asoció lo que son los problemas específicamente de Grecia para consigo misma, su natulareza y la relación con otros pueblos, con el escenario que presenciamos hoy en la actualidad en el contexto de nuestra sociedad mundial globalizada de una manera audaz y acertada.
Si el propio Tucídides concibió su obra como un trabajo y un mensaje a largo plazo, ese mensaje fue recibido e interpretado por Jacqueline de Romilly de una manera de la cual el mismo autor clásico se habría sentido orgulloso. Esto por supuesto sin quitarle mérito a otros grandes estandartes del estudio del mundo griego antiguo como Jean Pierre-Vernant, Domingo Plácido o Alfonso Gómez Lobo, sino con la intención de destacar la labor de esta mujer que entre tantos varones ilustres se proclama como una más y asimismo entre la excelencia de los eruditos de éste tema.
En sus últimos años de vida, la autora defendió ferreamente los estudios clásicos e hizo incapié en la educación sobre estos en el mundo de hoy. Jacqueline de Romilly fallece este año 2010, a los 97 años en un hospital de paris, dejando un legado impresionante y de un valor incalculable, sobre todo para los que nos dedicamos a la historia y que más allá de la especialidad a la que nos enfoquemos de todas maneras deberíamos claramente darnos el tiempo para repasar algunos de sus textos.
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